El día tampoco pinta nada bien. El viendo sopla igual de fuerte que ayer y es como pedalear contra un muro de viento. Por lo general, si la ruta es buena, podemos rodar a 20 o 25Km a la hora. Hoy no pasamos de 8. La ventaja es que en Sáenz Peña giré hacia el sur por la RN95 y hay mucho menos tráfico. Peleamos contra el viento pero no contra los camiones y las malditas camionetas 4×4 que te pasan a mil por hora casi rozándote. Quería seguir pero el día no dio para más, así que me quedé en el pequeñísimo pueblo de San Bernardo tras una corta ruta de 70km. Le pedí posada al Párroco del pueblo, un cura mexicano recién llegado llamado Ricardo, que me salvó de dormir fuera en una noche verdaderamente fría ¡muchas gracias!
Y de esas coincidencias que nos están pasando en el viaje, el recorte de la ruta nos permitió conocer el impresionante Museo Polifacético: Petra Nestoroff. Iniciado por esta docente de primaria en 1978 como museo escolar, hoy gestionado por María Laura y Nicolás.
Por lo general, suelo comer algo ligero por el camino y hacer una merienda-cena más consistente para recuperar fuerzas al final del día, pero como hoy la jornada se hizo larga tuve que alimentarme por el camino. 🙂
